Aprende a ser de una sola pieza

Por Ana Li Cortés

Ahora que ya sabes quién eres realmente, viene la parte divertida; algo que yo llamo: ser de una sola pieza. Usualmente decimos que queremos ser libres financieramente, pero la realidad es que nos comportamos como si no lo quisiéramos. A menudo platico con personas que me dicen: ¡Mira, puedo hacer de todo, pero no me pidas que me gusten los números! Pues te tengo una mala noticia. Aunque no te gusten los números, realmente tienes que aprender a manejarlos, y créeme, cuando tu cuenta bancaria y tus inversiones empiecen a crecer, también comienzas a amarlos.

Ahora bien, volviendo al punto, ¿cómo le haces para ser de una sola pieza? Primero decide cual es el área que quieres cambiar. Por ejemplo, yo un día decidí que: soy una mujer de negocios. A los 26 años me di cuenta que yo no nunca cabría en ninguna empresa y «oficialmente» me convertí en una mujer de negocios independiente. Sueño con nuevos proyectos, me fascina ponerme retos de conocimiento, porque me doy cuenta que como mujeres nos limitamos todo el tiempo, cuando en realidad, si aplicamos la regla que dice que estamos hechas a imagen y semejanza de un Dios creativo y todo poderoso, eso significa que también nosotras estamos dotadas con creatividad, y por lo tanto, podemos acrecentar y cumplir nuestra visión aquí en la tierra.

Si no eres coherente con lo que quieres para tu vida, pasarán dos cosas: o no llegará o te desesperarás porque tarda mucho. Esto ocurre porque no eres de una sola pieza. Si lo que deseas realmente es ser una empresaria exitosa, tienes entonces que comportarte como tal. Si lo que quieres es ser inversionista, empieza a investigar como se comportan los inversionistas. Júntate con ellos, exprímelos, aprende tanto como puedas, que ésta es la escuela de la vida, la que no cuesta dinero, aunque a veces, ¡muchas veces! Cuesta llanto, desesperación, templanza, paciencia, y sobre todo, cuesta tener la convicción de querer estar en una nueva etapa en tu camino hacia el éxito.

Ser de una sola pieza significa pagar el precio de hacer las cosas de diferente manera, sin pensar en qué es lo más cómodo para ti, si no en qué es lo que más te acercará al resultado que quieres obtener en tu vida. Sé lo que estás pensando: ¡no es fácil!, ¡no es sencillo!, ¡y mucho menos divertido! Eso es cierto, pero si no adoptas esta nueva forma de pensar, lo único que lograrás en el futuro es perder el tiempo, jugarte el dedo en la boca y lamentablemente cuando no veas resultados te sentirás más frustrada que al principio. Terminarás justificando tu fracaso, diciéndote mil y una veces que el ser libre financieramente, el no tener deudas, el tener la casa que deseas, el tener un ahorro, el tener un fondo de retiro, no es para ti. Me da mucha risa cuando escucho a las mujeres decir: ¡es que ‘diosito’ no ha de querer que salga de deudas! ¡Que estupidez! De una buena vez deja de usar la tarjeta y de comprar cosas absurdas. Enciérrate en tu casa si es necesario, córtala, o haz lo que tengas que hacer para que te comportes como una mujer de una sola pieza.

Recuerda que para ser de una sola pieza, necesitas primero aprender a amarte a ti misma y aceptar lo que crees que mereces ser. Es ser coherente con tus objetivos y amarte por encima de quien hasta ahora has pensado que eres. Es abrir el cofre de la verdad y despertar al nuevo amanecer de ser el mismo por dentro y por fuera. Es ser tú misma, sin importar qué piensen los demás; es ver los resultados deseados en tu vida y creer cada día más y más en tus propios potenciales.

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